La reflexión del obispo Eduardo García.
El Adviento es para quienes nos sabemos débiles, hambrientos y pecadores, y por eso nos acercamos al Salvador que se compadece, seca nuestras lágrimas, nos da de comer, anuncia su Palabra de vida y de fiesta, y nos abre la mesa a todos.
Categoría: Espiritualidad
EL EVANGELIO DEL DÍA
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 15, 29-37
«Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna: ¡tomen y coman todos de él.»
EL EVANGELIO DEL DÍA
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 10, 21-24
Los pequeños son aquellos que, como los niños, se sienten necesitados y no autosuficientes, están abiertos a Dios y dejan que sus obras los asombren.
ORANDO CON LA PALABRA
El Adviento es un tiempo para orar como el centurión: “Señor, ven y saná lo que en mí está enfermo, lo que me impide servir, amar y caminar hacia los hermanos.”
EL EVANGELIO DEL DÍA
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 8, 5-11
Como este centurión del Evangelio, muchas personas de fe, aunque no conocedoras de la religión de Israel, se encuentran con el Dios de la misericordia y reciben de él su don. Dios anime siempre nuestra búsqueda, para encontrarnos con él donde se nos quiera manifestar.
ORANDO CON LA PALABRA
La reflexión del obispo Eduardo García.
Dios siempre viene. Y siempre viene para salvar.
EL EVANGELIO DEL DÍA
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 24, 37-44
Aún en medio de un mundo envejecido que ha olvidado a su Creador, la Sabiduría divina viene hasta nosotros para hacer su llamado a todos los que están dispuestos a seguirla, para participar de la felicidad de un mundo nuevo
EL EVANGELIO DEL DÍA
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 21, 34-36
Es la oración la que mantiene encendida la lámpara del corazón. Especialmente cuando sentimos que nuestro entusiasmo se enfría, la oración lo reaviva, porque nos devuelve a Dios, al centro de las cosas.
ORANDO CON LA PALABRA
La reflexión del obispo Eduardo García.
Permanezcamos vigilantes. Cada momento puede ser un paso de Dios, un tiempo de gracia y de encuentro con Aquel que viene siempre a salvarnos.




