SANTA JUANA DE ARCO, VIRGEN

Juana de Arco: quién fue, biografía, características y muerte

A caballo y con una enorme armadura encima, carcasa de hierro que casi parece aplastar la delgada figura. O atada a un palo, sujeta en la lanza de una cruz, mientras las llamas y el humo la cubren. Desde hace seiscientos años, Juana de Arco es, sobre todo, estos dos íconos. La guerrera victoriosa y la «bruja» al borde de la muerte. Y entre estas dos imágenes se condensan sus 19 años de vida, desde cuando la pequeña niña nacida el 6 de enero de 1412 en Domremy, noreste de Francia, que ayuda en casa y en el campo y apenas sabe decir las oraciones, se convierte en la joven de trece años que escucha «voces» del cielo y se siente involucrada en un grandioso proyecto.

De “loca” a “doncella”

«Liberar Francia». Tal cual. Y hacer que se proclame a Carlos VII, rey de Francia. A dirigirla esta misión – dice Juana primero a los padres y luego a las autoridades – fueron las voces del Arcángel Miguel, de Catalina de Alejandría, de Margarita de Antioquía… que ella escucha claramente. Las voces rápidamente son calificadas como travesuras de una analfabeta un poco perturbada. Pero cuando la joven de 17 años se escapa de casa y predice con exactitud una derrota de Francia contra los invasores británicos, a esas «fantasías» se le dan otro peso. Después de ser examinada por algunos teólogos, que la interrogan sobre su fe, Juana es puesta a la cabeza de un ejército que marcha a Orléans y lo rodea por asedio. En solo ocho días, un prodigio en términos militares, los británicos son repetidamente derrotados en la batalla, donde la audacia de la «Doncella» es inigualable. Orléans es liberada y el 17 de julio de 1429 llega la cima de la gloria: Carlos VII es coronado en Reims y Juana de Arco con su estandarte a su lado.

Los dos enemigos

Sin embargo, dos fuerzas opuestas y similares conspiran contra la Doncella. Los ingleses que no asumen la derrota a manos de una niña y los mismos franceses, generales y eclesiásticos, que no quieren verse suplantados por la misma razón. Es por ello, que cuando Juana lidera la liberación de Compiegne, el puente levadizo se levanta antes de que ella pueda meterse a salvo y la chica es capturada por los borgoñones. Es el 23 de mayo de 1430 y dos días después, la Universidad de París pide a la Inquisición que juzgue a la joven por brujería. Carlos VII hace poco por liberarla y el 21 de noviembre Juana es vendida a los ingleses.

El alma no se quema

El proceso se abre en Rouen el 9 de enero de 1431. Para juzgar a la joven, hay alrededor de unos cincuenta hombres, entre los que se encuentran los más eruditos de Francia e Inglaterra. Obispos, abogados eclesiásticos, prelados de diversos grados, la interrogan profundamente sobre los cargos de imputación, idolatría, cisma y apostasía. Su fe, el uso de sus ropas masculinas, las misteriosas «voces», cada cosa es objeto de duras acusaciones y falsas reconstrucciones, a las cuales Juana, a pesar de no tener educación, responde con valentía y precisión. Se le pregunta, entre otras cosas, si está en la gracia de Dios y la respuesta es: «Si estoy, Dios me cuidará; si no estoy, Dios quiera ponerme porque preferiría morir que no estar en el amor de Dios». El juicio finaliza el 24 de marzo: la heroína de Francia es ahora una hereje para matar. El 30 de mayo de 1431, sube a la hoguera creada en la plaza del Vieux-Marché en Rouen. Muere quemada viva, con los ojos fijos en la gran cruz de procesión que el hermano Isembard de la Pierre llevó para ella. La Iglesia rehabilitó solemnemente a Juana de Arco en 1456 y Pío X la beatificó en 1910. Diez años más tarde fue Santa por el trabajo de Benedicto XV.

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

REFLEXIONES VARIAS

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I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.