SANTA ÁNGELA DE MÉRICI

Ya no en los claustros, sino en el mundo: este es el eje cartesiano de la espiritualidad de Santa Ángela Merici que, con el testimonio de su vida, logró dar una nueva forma a la dignidad de la mujer. Nacida en Desenzano sul Garda, en la provincia de Brescia, el 21 de marzo de 1474, Ángela respiró desde muy joven un fuerte sentido religioso: por las noches la familia se reunía en torno a su padre, Juan, para escuchar las narraciones de las vidas de los santos. Fue gracias a estas lecturas que la pequeña Ángela comenzó a cultivar una especial devoción por Santa Úrsula, la noble joven de Bretaña martirizada en el siglo IV junto con sus compañeras, que jugará un gran papel en la maduración de su espiritualidad.

Terciaria Franciscana

A los 15 años, Ángela perdió prematuramente a su hermana y a sus padres; luego se trasladó a Salò, acogida en la casa por su tío materno. En esos años, surgió en ella el deseo de llevar una vida más austera y penitente, tanto que eligió convertirse en Terciaria Franciscana. Cinco años después, a la muerte de su tío, volvió a Desenzano donde se dedicó a las obras de misericordia espirituales y corporales, acompañando siempre su trabajo manual con la oración y el recogimiento.

La visión de la «escalera celestial»

Y fue precisamente mientras rezaba que la futura santa tuvo la visión de una procesión de ángeles y vírgenes entonando y cantando cantos sublimes. Entre ellos, Ángela también vio a su hermana fallecida anunciándole: «Fundarás una compañía de vírgenes». En los siglos siguientes, la iconografía de las vidas de los santos representará esta visión como una «escalera celestial» que une el cielo y la tierra. (cf Gn 28,12-15).

Ceguera repentina

Hacia 1516, los superiores franciscanos enviaron a Ángela a Brescia para consolar a una viuda muy abatida, Caterina Patendola. De esta experiencia en la ciudad, la joven fortaleció su idea de un laicado cada vez más comprometido con la caridad, pero enriquecido por la contribución de la sensibilidad femenina. Después de tener una segunda visión, Ángela decidió ir en peregrinación a los santos santuarios de Mantua y del Sacro Monte de Varallo. Luego, en 1524 se dirigirá a Tierra Santa. Pero es precisamente durante el viaje a los orígenes de las primeras comunidades cristianas que ocurre un singular milagro: de repente, Ángela pierde la vista; sólo la recuperará cuando regrese de Tierra Santa, mientras reza ante el Crucifijo. Lejos de desanimarse, Merici acogió la enfermedad momentánea como un signo de la Providencia, para poder mirar los Lugares Santos no con los ojos del cuerpo, sino con los del espíritu. «¿No se dan cuenta», dirá más tarde, «que esta ceguera me ha sido enviada por el bien de mi alma?».

El nacimiento de la «Compañía de Santa Úrsula»

Ángela regresó a Italia y luego, con motivo del Jubileo del 1525, hizo una peregrinación a Roma, donde difundió y consolidó su carisma al punto tal que el Papa Clemente VII le propuso quedarse en la «Ciudad Eterna». Pero la joven decidió volver a Brescia, porque quería dar vida a aquella precedente «visión celestial». Por eso, el 25 de noviembre de 1535, junto con doce colaboradoras, fundó la «Compañía de las mínimas de Santa Úrsula», («mínimas» porque no vestían el hábito monástico tradicional), con una original Regla de Vida: salir del claustro para dedicarse a la educación y formación de las jóvenes, en obediencia al obispo y a la Iglesia.

Una revolución de la gracia

El hecho de que en esta nueva «Compañía» cada mujer consagrada pudiera santificar su propia existencia, no tras los muros de un convento, sino operando en el mundo, como en las primeras comunidades cristianas, fue una radical revolución de la gracia. En medio de aquella mentalidad que destinaba a la marginación a las mujeres que no se casaban o que no se consagraban en la clausura de un convento, Ángela les ofreció una nueva condición social, dignificándolas como «vírgenes consagradas en el mundo», capaces de realizarse humanamente en la santificación de la familia y la sociedad.

Canonizada en 1807

En 1539 la salud de Ángela se desmejoró mucho y el 27 de enero de 1540 murió a la edad de 66 años. Sus restos fueron depositados en la Iglesia de Sant’Afra en Brescia, donde se veneran aún hoy en día, en el sitio denominado actualmente como el Santuario de Santa Ángela. Mientras tanto, su reputación de santidad creció y en 1544 el Papa Pablo III elevó la Compañía a un Instituto de Derecho Pontificio, permitiéndole así que pudiera operar más allá de los límites diocesanos. Beatificada en 1768 por el Papa Clemente XIII, Angela Merici fue canonizada el 24 de mayo de 1807 por el Papa Pío VII. Una estatua en su memoria, esculpida en 1866 por el escultor Pietro Galli, se conserva hoy en la Basílica de San Pedro en Vaticano.

El testamento espiritual

«Les ruego», se lee en su testamento espiritual, destinado a las Ursulinas, «que recuerden y tengan grabadas en sus mentes y corazones a todas sus hijas, una a una. Y no sólo sus nombres, sino también su condición, carácter y estado, y cualquier otra cosa que les reguarde. Lo cual no les será difícil si las abrazan con caridad viva. Tengan cuidado de ellas con amor y con una mano suave y bondadosa, no imperiosa o indelicada, sino con un modo dulce y gentil. Sobre todo -concluyó-, esmérense para no querer obtener nada por la fuerza, porque Dios ha dado a todos libre albedrío y no quiere obligar a nadie, sino que sólo propone y aconseja».

MENSAJES DEL PAPA LEÓN

@Pontifex_es

2/11: La caridad vence la muerte. En la caridad, Dios nos reunirá junto a nuestros seres queridos. Y, si caminamos en la caridad, nuestra vida será una oración que se eleva y nos une a los difuntos, nos acerca a ellos, en la espera de encontrarlos nuevamente en la alegría eterna.

2/11: La fe cristiana, fundada sobre la Pascua de Cristo, nos ayuda a vivir la memoria como una esperanza futura. Esta “esperanza futura” anima nuestro recuerdo y nuestra oración en este día. Es la esperanza fundada en la resurrección de Jesús, que ha vencido la muerte y ha abierto también para nosotros el paso hacia la plenitud de la vida.

2/11: Oremos Juntos también por Tanzania, donde, después de las recientes elecciones políticas, se han producido enfrentamientos que han causado numerosas víctimas. Insto a todos a evitar toda forma de violencia y a seguir el camino del diálogo.

2/11: Sigo con gran dolor las trágicas noticias que llegan de #Sudán. La violencia indiscriminada contra mujeres y niños, los ataques contra civiles indefensos y los graves obstáculos a la acción humanitaria están causando un sufrimiento inaceptable. Oremos Juntos para que el Señor acoja a los difuntos, sostenga a los que sufren y toque los corazones de los responsables. Reitero mi llamamiento a las partes implicadas para que decreten un alto el fuego y abran con urgencia corredores humanitarios. Invito a la comunidad internacional a que intervenga con decisión y generosidad.

2/11: Que la visita al cementerio sea para todos nosotros una invitación a la memoria y a la espera. No estamos encerrados en el pasado, en las lágrimas de la nostalgia; tampoco estamos confinados en el presente, como en un sepulcro. Que la voz familiar de Jesús nos alcance a todos, porque es la única que viene del futuro. Nos llama por nuestro nombre, nos prepara un lugar.

Dilexi te – Te he amado

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

Obispo Oscar Ojea – 28/9/2025

REFLEXIONES VARIAS

La bendición del obispo Jorge

AGENDA

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría:
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
Cáritas:
Martes y viernes de 15:00 a 17:30 hs
Misas en la Parroquia:
Miércoles a Sábados: 19.30 hs
Domingos: 10 hs

I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

INTENCIONES DEL PAPA

Oremos Juntos para que los creyentes de distintas tradiciones religiosas trabajemos juntos para defender y promover la paz, la justicia y la fraternidad humana.