Jesús se declara Señor del sábado y tiene la autoridad para establecer lo que está permitido. El sábado, que conmemora la acción creadora de Dios y su liberación en el éxodo, es también un día para recordar que Dios se preocupa por el hombre. Jesús rechaza una interpretación rígida del precepto del sábado, destacando que la vida humana y su dignidad son prioritarias.
La actitud de Jesús transforma la encarnación en algo concreto; muestra que la vida humana es el lugar donde se encuentra con Dios. Aceptar la Buena Nueva de la salvación es reconocer que Dios se preocupa por nosotros y está presente en nuestras vidas. Caminar con Jesús es vivir el sentido del sábado todos los días, experimentando la liberación y la paz que Dios nos ofrece.