En nuestro seguimiento, Jesús hace que, como discípulos, entremos en una nueva dinámica existencial y, con Él como Maestro, elaboremos un nuevo proyecto de vida. Esto requiere dejar atrás todo lo que impide la disponibilidad para caminar junto con Él. La renuncia a los bienes es lo que permite la construcción de una nueva escala de valores y una nueva visión de la vida a partir de la visión de Jesús.
Somos discípulos cuando nos dejamos conducir dócilmente por Jesús y, con el corazón libre, nos animamos a reaprender la vida.