El Santo Padre toma la palabra después de haber escuchado algunos testimonios. Y pide a la catequista, que acaba de concluir, que permanezca un momento a su lado.
Contigo aquí adelante, quisiera decirles una cosa.
La Iglesia —debemos pensar en esto—, a la Iglesia la llevan adelante los catequistas. Los catequistas son aquellos que van al frente, que siempre van al frente. Luego vienen las religiosas —inmediatamente después de los catequistas—; le siguen los sacerdotes y el obispo. Sin embargo, son los catequistas los que van “siempre al frente”, son la fuerza de la Iglesia.
En una ocasión, en uno de los viajes a África, el presidente de una república me dijo que había sido bautizado por su papá, que era catequista. La fe se transmite en casa. La fe se transmite en dialecto. Y los catequistas, junto con las mamás y las abuelas, llevan adelante la enseñanza de esta fe. Agradezco mucho a todos los catequistas: son buenos, son excelentes. Gracias.