Jesús les recuerda a los discípulos que el objetivo principal es trabajar por la extensión del reino de Dios, creando nuevas condiciones de vida. Quien sirve al dinero no debe sorprenderse si en la tierra hay personas sin alimento ni vestido.
Quien pone su vida al servicio del reino verá, tarde o temprano, el fruto de la justicia, la solidaridad y el amor por los que ha trabajado. En una sociedad regida por estos valores, el alimento y el vestido no faltarán. Cuando la comunidad trabaja así, no necesita preocuparse por su vida material, ya que el Padre se ha ocupado de ella desde la creación.