Comentando el Evangelio: San Jerónimo y San Juan Crisóstomo

Comentarios de San Juan Crisóstomo y San Jerónimo, ambos del siglo IV, al Evangelio de este domingo.SanJeronimo

 San Jerónimo

16. «Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: “Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas.”»

Hacía poco que Judea había quedado sometida a los romanos por César Augusto, cuando tuvo lugar el censo de todo el mundo, y se establecieron los tributos. Por eso había en el pueblo mucho deseo de insurreccionarse. Decían unos que los romanos cuidaban de la seguridad y de la tranquilidad de todos, por cuya razón se les debía pagar el tributo; pero los fariseos, que se atribuían toda justicia, apoyaban, por el contrario, que el pueblo de Dios (que ya pagaba los diezmos, daba las primicias, y todo lo demás que estaba prescrito en la ley) no debía estar sujeto a leyes humanas.

Pero César Augusto había colocado a Herodes, hijo de Antipatro, extranjero y prosélito, como rey de los judíos; el cual debía ordenar los tributos y obedecer al Imperio Romano. Por lo tanto, los fariseos envían a sus discípulos con los herodianos, esto es, o con los soldados de Herodes o con aquellos a quienes daban el apodo irónico de herodianos y trataban como no afectos al culto divino, porque pagaban sus tributos a los romanos.

17. Esta pregunta suave y engañosa, le provoca a responder, que debe temerse más a Dios que al César; por esto dicen: «Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?». Para que si dice que no deben pagarse los tributos, lo oigan enseguida los herodianos y le detengan como reo de sedición contra el emperador de Roma.

18. «Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: “Hipócritas, ¿por qué me tentáis?”» La primera virtud del que responde consiste en conocer las intenciones de los que preguntan y no llamarles discípulos suyos sino tentadores. Hipócrita es aquel que aparenta ser algo que no es.

19-21. La sabiduría siempre obra de una manera sabia, y confunde con frecuencia a sus tentadores, por medio de su palabra. Por esto sigue: «”Mostradme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron un denario.» Esta clase de moneda era la que se consideraba del valor de diez monedas, y llevaba el retrato del César. Por esto sigue: «Y les dice: “¿De quién es esta imagen y la inscripción?”» Los que creían que la pregunta del Salvador era hija de la ignorancia y no de la deferencia, aprendan aquí cómo Jesús podía conocer la imagen que había en la moneda. Prosigue: «Dícenle: “Del César.” » Y no creemos que era César Augusto, sino Tiberio, su hijastro, en cuyo tiempo sufrió la pasión nuestro Señor. Todos los emperadores romanos, desde el primero, llamado Cayo César que se apoderó del imperio, se llamaban Césares. Prosigue: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.», esto es, la moneda, el tributo y el dinero… Las décimas, las primicias, las oblaciones y las víctimas. Así como el mismo Señor pagó al César el tributo por sí y por San Pedro, pagó también a Dios, lo que es de Dios, haciendo la voluntad de su Padre.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 70,1-2

SJCrisostomo16. «Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: “Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas.”» Envían a sus discípulos junto con los soldados de Herodes, para que pudiesen vituperar cualquier cosa que dijere el Salvador. Deseaban, pues, que el Señor dijere algo en contra de los herodianos, porque como temían prenderlo por temor a las turbas, querían ponerle en peligro, y hacerle aparecer como enemigo de los tributos públicos.

Esto lo decían en secreto, pero refiriéndose a Herodes y a César.

17. «Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?» Como sabían que a algunos que habían aspirado a introducir esta discordia los habían matado, querían también hacerle caer en esta sospecha por estas palabras.

21. «Lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.» Tú también, cuando oigas: da al César lo que es del César, sabe que únicamente dice el Salvador aquello que no se opone a la piedad. Porque si hubiese algo de esto, no constituirá un tributo del César, sino del diablo. Y después, para que no digan: que los hombres no están sujetos, añade: “Y a Dios lo que es de Dios”.

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.