Evangelio según san Mateo 12, 38-42
La gente ayer y hoy piden un milagro para creer en Dios, y a Dios se le cree o no se le cree. Los milagros solo reafirman y refuerzan lo que dicta nuestro corazón.
SIN AMOR, SIN FE Y SIN ESPERANZA, NO HABRÁ MILAGROS EN TU VIDA