Mucho se habla de que hay pecados que Dios no perdona, pero este es el único pecado imperdonable ante Dios, para los demás pecados solo se necesita un corazón contrito y humillado que se arrepienta delante de Dios y cambie de actitud.
Si no logras saciar tu vida con nada, si no logras comprender lo que le pasa a tu interior. Ven a Cristo, arrepiente de tus pecados y deja que Él obre en tu corazón. El Espíritu Santo es quien te va a ayudar para darte vida y vida eterna.