Evangelio según san Mateo 5, 20-34
Jesús no vino a abolir la ley, sino a recordarnos que las cumplamos en beneficio de las personas.
EL QUE HABLA MUCHO TIENE POCO PARA DECIR, QUE TU SI, SEA SI Y TU NO, SEA NO.
«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)
I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL
3 MINUTOS DE RETIRO
MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV
18/6/2025
Las potentes armas empleadas en la guerra actual amenazan con llevarnos a una barbarie superior a la de los tiempos pasados. En nombre de la dignidad humana y del derecho internacional, repito a los responsables lo que decía el papa Francisco: ¡la guerra es siempre una derrota! Y afirmo con Pío XII: «Nada se pierde con la paz, todo puede perderse con la guerra».
El corazón de la Iglesia está desgarrado por los gritos que se elevan desde los lugares en guerra, especialmente desde Ucrania, Irán, Israel y Gaza. ¡No debemos acostumbrarnos a la guerra! Al contrario, hay que rechazar como una tentación la fascinación de las armas.
En este Jubileo de la esperanza, acordémonos en nuestras oraciones de todos los que sufren y se sienten tentados por el desánimo. Cualesquiera que sean los problemas o dificultades que tengamos que afrontar en la vida, dirijámonos a Jesús, reconozcamos nuestro deseo de sanar y aceptemos su promesa de libertad y de vida nueva.