SANTA NAZARIA IGNACIA, FUNDADORA DE LAS MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIA

El domingo 14 de octubre de 2018 el Papa Francisco presidió la ceremonia de canonización de siete beatos, entre los cuales estuvo la Madre Nazaria Ignacia March Mesa, fundadora de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, y que se convirtió en la primera santa de Bolivia.

Nazaria Ignacia March Mesa nació el 10 de enero de 1889, en Madrid (España). Por motivos económicos, su familia se trasladó a México e ingresó a la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en 1908.

A fines de 1912 fue destinada a Oruro (Bolivia) y, durante más de 12 años, se dedicó al cuidado de los ancianos.

Años más tarde, Nazaria salió de la congregación y, con el beneplácito de los Obispos de Oruro y La Paz, fundó la congregación religiosa diocesana de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia, instituto religioso que se erigió canónicamente el 12 de febrero de 1927.

En Bolivia la congregación orientó su trabajo a la dignidad y derechos de las mujeres pobres y la promoción de la educación.

«Quiero levantar a Bolivia de su postración, no quiero solo pan para sus pobres, ni repartir limosnas que se recogen de la caridad, sino elevar la dignidad de este pueblo, enseñándole a trabajar, procurándole trabajo digno, haciéndole sentir que en las manos de todos, y de cada uno, está el participar de la belleza, de la armonía, la dulzura y la felicidad de sentirse hijo de Dios«, decía la ahora santa.

La santa boliviana también dijo que su misión consistía en «hacer conocer al hombre el mensaje de Dios que le ama. Para esto es menester ir al hombre, bajar a su nivel, para desde él, tomarlo y llevarlo a Dios, a Jesucristo nuestro Señor. Sí, estamos perdiendo lastimosamente el tiempo si no bajamos a la calle… a eso nos empuja nuestra vocación de acción social«.

Nazaria falleció el 6 de julio de 1943 en Buenos Aires (Argentina) y un año más tarde se aprobó la constitución definitiva de la congregación y recibió el nombre de Misioneras Cruzadas de la Iglesia.

El 27 de septiembre de 1992, la religiosa fue beatificada por San Juan Pablo II en Roma.

Las Misioneras Cruzadas de la Iglesia se encuentran en 21 países y continúan su acción social con las mujeres pobres a través de talleres de promoción y capacitación; la educación, el trabajo en cárceles y comedores populares.

«Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo.» (Heb. 1,2)

Engendrado y No Hecho – Templo Nueva Vida

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

Expreso mi agradecimiento y mi aprecio a todos aquellos que, en las numerosas zonas de conflicto, trabajan por el diálogo y las negociaciones. Recemos para que cesen los combates en todos los frentes y se avance decididamente hacia la paz y la reconciliación.

Y hoy, en la Jornada Mundial de la Paz, todos estamos llamados a aceptar esta invitación que brota del corazón materno de María: hacernos cargo de la vida herida, dignificar la vida de cada quien es la base fundamental para construir una civilización de la paz.

Aprendamos como María a hallar la grandeza de Dios en la pequeñez de la vida, protegiendo el don precioso de la vida: la vida en el vientre materno, la de los niños, la de quienes sufren, la de los pobres, la vida de los ancianos, la de quienes están solos, la de los moribundos.

Encomendémosle a ella este nuevo año jubilar, entreguémosle las preocupaciones, los sufrimientos, las alegrías y todo lo que llevamos en el corazón. Confiémosle a ella el mundo entero, para que renazca la esperanza, para que florezca la paz en todos los pueblos de la tierra.

María, Madre de Dios y Madre también a nosotros, como a los pastores, muéstranos al Dios que nos sorprende siempre, que no viene en el esplendor de los cielos, sino en la pequeñez de un pesebre