«En la historia de amor que nos narra la Biblia, Dios sale a nuestro encuentro, trata de atraernos, llegando hasta la Última Cena, hasta el Corazón traspasado en la cruz, hasta las apariciones del Resucitado»; y termina diciendo: «Crece entonces el abandono en Dios y Dios es nuestra alegría (cf. Sal 73 [72], 23-28) Benedicto XVI
JESÚS MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN
DAME UN CORAZÓN COMO EL TUYO