Si uno decide adentrarse en el gran alfabeto de la música sacra, es difícil evitar el Veni Creator Spiritus , el canto pensado precisamente para momentos como éste porque no es sólo una oración litúrgica de Pentecostés, sino un auténtico arquetipo espiritual: una petición dirigida al Espíritu Santo para que infunda sabiduría, que es lo que necesitan estos días los cardenales encerrados en el Cónclave.
Escrito en latín en el siglo IX, atribuido con cierta seguridad a Rábano Mauro, abad y teólogo de la escuela palatina de Carlomagno, este himno ha conservado la misma letra durante siglos, pero la música ha adoptado formas muy diferentes, adaptándose a la lengua de cada época y reflejando diferentes visiones de lo sagrado. (Extracto de Marcello Filotei – Vatican News)