SAN URBANO I, PAPA

SAN URBANO PAPA (Héroes De La Fe) - Padre Bernardo Moncada - YouTube

Hay una colina que separa la ciudad de Los Abruzos “Chieti” de la aldea de “Bucchianico”. En torno a mediados del 1300 las dos localidades estaban involucradas en una de las tantas guerras fronterizas. Chieti decide que es hora de atacar y hacer que se rinda la gente de la pequeña aldea, tercamente arraigada en y alrededor del castillo que domina el valle. Un día – cuenta la historia que mucho le debe a la leyenda – un ejército quizás de mercenarios se mueve hacia Bucchianico con intenciones fácilmente entendibles por los vigías del pueblo. Los habitantes son pocos, pero su comandante militar, el «Sargento», tiene un golpe de genio: ordena a los pocos hombres, y también les dice a las mujeres, que se pongan corazas y cualquier tipo de armadura y comiencen a moverse dentro del castillo y al lado de la colina sin interrupción. Los atacantes observan desde lejos ese va y viene, que parece un ejército gigantesco en maniobra y desisten los propósitos beligerantes.

Un Papado tranquilo

De hecho, según la tradición, la maniobra fue inspirada al Sargento – por lo que parece en un sueño – por el Papa San Urbano e incluso hoy en la pequeña aldea el episodio se conmemora cada año con una gran manifestación popular. Al igual que en ese evento, la historia certifica poco de la vida de San Urbano I. Eusebio de Caesarea escribe en su famosa «Historia Eclesiástica» que Urbano asciende al Trono después de la muerte del Papa Calixto. Estamos en torno al 223 y hasta mayo del 230 el Pontificado de ese Papa, probablemente originario de Teano, fluye sin sacudidas bajo el imperio de Septimio Severo. En realidad hace estragos aún el anti-papa Hipólito, que le había dado problemas a Calisto, pero se dice que Urbano actúa con él con la misma firmeza que su predecesor.

Firmeza y caridad

Los asuntos de los que se ocupó el Papa Urbano ofrecen una visión de los problemas de la Iglesia desde el primer momento. Intenta un complejo pleito civil contra los productores de acogida, revocando el decreto del Papa Ceferino que imponía vasos de vidrio para los sacrificios y obligaba al uso de cálices de plata, es tenaz en reclamar las propiedades eclesiales. Los biógrafos del período muestran el perfil de un hombre caritativo y resuelto, capaz de traer a muchos paganos al bautismo, incluida la familia romana de Valerii.

Historias inciertas

Muchas brumas se espesan también con la muerte del Papa Urbano – muerte natural para algunas fuentes, violenta para otros que hacen referencia a un asesinato por parte del prefecto Almenio – . Un tardía “Pasión” quiere que sea un mártir y que sea vinculado a la historia de Santa Cecilia, pero los documentos no son claros en este punto. Según el «Liber Pontificalis», la biografía más autorizada de los Papas de la Alta Edad Media, los restos del Papa Urbano descansan en el cementerio de Calisto en la Via Appia de Roma.

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

REFLEXIONES VARIAS

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.