SAN MATEO, APÓSTOL

s. Mateo (BAV)

Mateo era cobrador de impuestos en Cafarnaum: recaudaba las tasas que los judíos tenían que pagar a los romanos; como todos los que se dedicaban a ese oficio, era despreciado por el pueblo, que lo consideraba cercano a los opresores. Probablemente Mateo se había acostumbrado a ello; pero un día, cuando estaba sentado en su oficina, oyó una voz diferente. Un hombre le dijo solamente: “Sígueme”. Y él se levantó y lo siguió, para siempre. Ese hombre era Jesús, y la vida de Mateo nunca más volvió a ser como antes.

Un pecador que encuentra a Jesús

Leví ofreció un gran banquete a Jesús, que fue a su casa acompañado de sus discípulos, suscitando el desconcierto y las críticas de los escribas y los fariseos porque se sentaba a la mesa con recaudadores de impuestos y pecadores. La respuesta de Jesús impresionó a Mateo: “No tienen necesidad de médico los que están sanos, sino los que están enfermos”, dijo el Nazareno, añadiendo: “De hecho, no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. Mateo, que era un pecador, dejó todo y comenzó a seguir a Jesús, convirtiéndose en uno de los doce Apóstoles.

San Mateo es mencionado también en los Hechos de los Apóstoles. El anuncio de la Buena Noticia de Cristo constituyó su misión. Según algunas fuentes, murió por causas naturales, mientras que según otras tradiciones -consideradas  poco fiables- su vida terminó en Etiopía.

Sus reliquias se encuentran en la cripta de la Catedral de Salerno (Italia), donde se le festeja el 21 de septiembre con una solemne procesión.

En la descripción de los cuatro seres del Apocalipsis (águila, toro, león y hombre), San Mateo es asociado con el de aspecto humano.

Autor del Evangelio destinado a los judíos

San Mateo escribió el Evangelio que lleva su nombre pensando en los cristianos de origen judío: en el texto enfatiza que Jesús es el Mesías que cumple las promesas del Antiguo Testamento. Se puede decir casi con certeza que escribió en arameo.

Desde Mateo a Papa Francisco, pasando por Caravaggio

La figura de San Mateo es muy querida por la iconografía. Particularmente conocida es la obra “Vocación de San Mateo”, pintada por Caravaggio entre 1599 y 1600, que se puede admirar en la Iglesia de San Luis de los Franceses en Roma.

En esta sugestiva pintura, la luz, símbolo de la gracia, juega un papel fundamental. La escena implica una acción dramática: el dedo de Jesús apunta a Mateo, que aún tiene las monedas en la mano. La historia de San Mateo y la pintura de Caravaggio han marcado la vida del Papa Francisco. Lo cuenta él mismo una la entrevista de 2013 realizada por el P. Antonio Spadaro para “La Civilización Católica”, en la cual, paragonándose a la figura de Mateo, el Pontífice se define » un pecador en quien el Señor ha puesto sus ojos”.

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

REFLEXIONES VARIAS

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.