SAN LUIS MARÍA GRIGNON DE MONTFORT, SACERDOTE

«No creo que una persona pueda forjar una unión íntima con Nuestro Señor y una perfecta fidelidad al Espíritu Santo, sin una gran unión con la Santísima Virgen». Esta era la piedra angular de la espiritualidad de Luis María Grignon de Montfort, quien en sus escritos reflejaba que toda nuestra perfección “consiste en estar unidos y consagrados con Jesús” y que imitar a María significa seguir «a la criatura más fiel a Jesús”.

Desde pequeño predispuesto a la vida espiritual

Desde su infancia mostraba su deseo de estar en permanente unión con Dios. Con grandes sacrificios logró conseguir estudiar al más famoso seminario de Francia, el seminario de San Suplicio en París, sobresaliendo como un seminarista totalmente mariano. Ya ordenado sacerdote, su primera Misa deseó celebrarla en un altar de la Virgen, y durante muchos años la Catedral de Nuestra Señora de París fue su templo preferido y su refugio.

El santo dedicó todas sus grandes cualidades de predicador, de conductor de multitudes, de cantante y compositor a predicar misiones para convertir pecadores, viajando incansablemente por los distintos lugares de Francia anunciando el Evangelio y permitiendo la llegada de Dios Padre en el corazón de las personas.

La defensa de la verdad contra la herejía jansenista

Luchó incansablemente contra el jansenismo, un movimiento religioso de la Iglesia católica, principalmente popular en Europa, durante los siglos XVII y posteriores. Su nombre proviene del teólogo y obispo Cornelio Jansenio (1585-1638).

Alma orante, dedicó gran parte de su tiempo y labor pastoral a evangelizar y a defender la fe católica de otras corrientes como el racionalismo, el protestantismo y el jansenismo.

Su obra se centró fundamentalmente en misiones de caridad con los más pobres y olvidados de la sociedad.

Peregrinación a pie para ver al Papa y su misión con el pueblo

A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI lo recibió muy amablemente y le concedió el título de «Misionero Apostólico», con permiso de predicar por todas partes.

Asimismo, fundó una de las comunidades religiosas que han hecho grandes obras por la conversión de las almas: los Padres Monfortianos, a cuya comunidad le puso por nombre «Compañía de María», y las Hermanas de la Sabiduría.

Totus tuus

San Luis además escribió uno de los libros que junto con «Las Glorias de María» de San Alfonso, ha llegado a ser uno de los libros más famosos que se han escrito acerca de la devoción a la Virgen María: el «Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María», obra que se ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para sus lectores. Incluso el Papa Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho nuestro gran santo como fórmula de consagración a María, Totus tuus:

«Soy todo tuyo oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es».

San Luis falleció el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años de una repentina enfermedad.

Luis María fue Beatificado en 1888 y en 1947 fue canonizado por Pío XII.

«Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir.» (Sant. 5,1)

27- MALDITOS LOS RICOS – Radialistas

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Nicolás – 29/9/2024

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Obispo Jorge García Cuerva – 29/9/2024

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Caminemos juntos. Pongámonos a la escucha del Señor. Y dejemos que la brisa del Espíritu nos conduzca.

Les pido a todos que el próximo día 7 de octubre vivan una jornada de oración y de ayuno por la paz en el mundo.

Este domingo, 6 de octubre, iré a la basílica de Santa María la Mayor, donde rezaré el santo Rosario y dirigiré a la Virgen una ferviente súplica por la paz. Les pido que se unan espiritualmente a mí en esta ocasión.