SAN LEÓN IX, PAPA

S León IX Papa (En su pontificado se consuma el cisma de Oriente)

«Creo y proclamo que el alma no es parte de Dios, sino que de la nada fue creada, y que sin el bautismo está sujeta al pecado original. (De la carta Congratulamur vehementer). La familia de Brunone es de notables funcionarios y confía su educación y carrera clerical al Obispo de Toul. A los 18 años se convirtió en canónigo y a los 22 ya era diácono. En 1025, como era la costumbre en esos tiempos (de las guerras de religión y de las cruzadas), condujo a los caballeros germanos a la guerra para obedecer a su obispo y a su rey: así obtuvo el «mérito» de «ganarse» un obispado. En efecto, en 1027 se convirtió en obispo de Toul; gobernó esta diócesis durante 25 años, antes de ir a Roma para suceder a Dámaso II.

Un Pontífice en el camino

Al principio Brunone no quería aceptar el pontificado: la arbitraria decisión del emperador (Enrique III) le parecía una imposición; por lo que puso como condición que su elección fuera aprobada por el clero y el pueblo romano. Cuando se trasladò a Roma, eligió el nombre de León IX. Tenía 47 años y durante 5 años fue un líder revolucionario de la Iglesia, comprometido en la lucha contra la simonía, es decir, la compraventa de los oficios eclesiásticos que era una costumbre muy extendida en la Edad Media y condenada desde el Concilio de Calcedonia en 451; en la cuestión del concubinato y el celibato. También fue el primer Papa que decidió viajar tanto en Italia como en Europa, especialmente en Alemania, Francia y Suiza.

El Cisma de Oriente

En 1053 León IX buscó una alianza con los bizantinos contra los normandos que invadían Italia, pero aunque logró reunir un ejército de voluntarios, sufrió una grave derrota en la batalla «de Civitate». Mientras tanto, Miguel Cerulario que había sido elegido Patriarca de Constantinopla, no había aceptado las reformas unilaterales de Roma, especialmente en lo que respectaba al cambio del dogma trinitario. En el Concilio Ecuménico de Constantinopla del año 381, se habìa establecido que el Espíritu Santo procedía «del Padre por el Hijo»; dogma que luego fue modificado durante el Concilio de Toledo de 589 en la fórmula vigente que recita que el Espíritu Santo procede «del Padre y del Hijo». Este cambio fue interpretado en Constantinopla como una efectiva negación del monoteísmo. Por eso, las relaciones entre Cerulario y León IX se exasperaron hasta el punto de llegar a la excomunión mutua que determinaría más tarde el cisma entre la Iglesia de Roma, que más tarde se autodefiniría como «católica», es decir, universal, y la Iglesia de Constantinopla, che se denominarìa como «ortodoxa», es decir fiel al dogma de Nicea.

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

REFLEXIONES VARIAS

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I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.