SAN JUSTINO, FILÓSOFO Y MÁRTIR

San Justino, padre de la Iglesia y mártir - YouTube

Llegar a conocer a Dios íntimamente. Empezó siendo pagano, este hombre de mente aguda y alma aún más afilada. En la Samaria del primer siglo después de Cristo, Justino crece nutriéndose de filosofía. Los maestros del pensamiento griego son la luz que ilumina su búsqueda hacia ese Ser infinito, cuyo conocimiento lo fascina y que, si pudiera, quisiera poder aferrar y explicar con la fuerza de la racionalidad.

Desilusionado por las filosofías

Porque ‘la visión de Dios’ es para Justino el fin de la filosofía. Pero ¿cuál corriente más que otras tiene capacidad para acercarla? El samaritano de Flavia Neápolis, su ciudad natal, llama a la puerta de los estoicos, peripatéticos, pitagóricos. Nadie sabe ofrecerle ese zenit tan ambicionado. El corazón de Justino se anima un poco cuando conoce a un pensador platónico. «Los conocimientos de las realidades incorpóreas y la contemplación de las ideas animaba mi mente…», escribió, decidiendo proseguir esta búsqueda lejos de la muchedumbre de la ciudad.

Puedes hablar de Dios si lo conoces

En el lugar apartado que eligió – descrito en su «Diálogo con Trifón» – encuentra a un anciano, con el cual discute sobre su idea de Dios. Sin embargo, el esfuerzo para llegar a la definición perfecta se choca con el escollo de una consideración: si un filósofo, observa el anciano, nunca ha visto ni oído a Dios, ¿cómo puede elaborar por sí solo un pensamiento sobre Él? El diálogo se traslada ahora a los Profetas: ellos en los siglos habían hablado de Dios y profetizado en su nombre sobre la venida del Hijo al mundo. Es el hito. Justino se convierte al cristianismo y hacia el año 130, en Éfeso, recibe el Bautismo.

El genio al servicio del Evangelio

Algún tiempo después, Justino llega a Roma donde abre una escuela filosófica y se vuelve un infatigable anunciador de Cristo para los estudiosos paganos. Escribe y habla del Dios que por fin había conocido, utilizando las categorías y el lenguaje de los filósofos. Sobre todo, emplea el ingenio y la destreza dialéctica para defender a los cristianos perseguidos, como demuestran sus dos Apologías. Justino ataca sobre todo a los que se dedicaban a ser calumniadores, pero para él es fatal la confrontación en público con el filósofo Crescente,  furioso anticristiano apoyado por el poder. Justino es encarcelado, irónicamente como ‘ateo’, es decir como subversivo, enemigo del Estado. Es decapitado con otros seis compañeros hacia el año 165, bajo Marco Aurelio.

Se le recuerda desde hace dos mil años

La fama del misionero – filósofo, al que se debe la descripción de la liturgia eucarística más antigua, permanece para siempre. Incluso el Vaticano II recuerda sus enseñanzas en dos pilares conciliares: la «Lumen Gentium» y la «Gaudium et Spes». Para Justino el cristianismo es la manifestación histórica y personal del Logos en su totalidad.  Por ello dirá: «todo lo bello que ha sido expresado por cualquier persona, nos pertenece a nosotros, los cristianos».

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

REFLEXIONES VARIAS

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.