Juan de la Cruz (1542-1591), religioso carmelitano español encontró a los veinticinco años a Teresa de Ávila, la reformadora del Carmelo. También él quiso adoptar la observancia primitiva, pero sus superiores se opusieron violentamente. La persecución no hizo otra cosa que ayudar a su unión con Dios en las cimas de la vida mística. Sus escritos espirituales dan un testimonio precioso de su camino de perfección.
