RUMIANDO EL EVANGELIO

Domingo 4º de Cuaresma
La curación del ciego
P. Max Alexander

Con el relato de la curación del ciego de nacimiento el evangelista Juan quiere presentarnos a Jesús como la luz del mundo. La separación de la luz y las tinieblas fue el primer ‘acto’ del Creador: Dios dijo: que exista la luz. Y la luz existió. Al igual que todas las criaturas, la luz es un signo que manifiesta visiblemente ‘alguito’ de Dios, es un reflejo de su gloria. Es el poncho que lo envuelve, dice uno de los Salmos: la luz te envuelve como un manto(Salmo 104,2).

Sin embargo, hay que ir más allá. Existe otra luz. Al término de la historia de la salvación la nueva creación poseerá una luz nueva, Dios mismo: no les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios será su luz(Ap 22,5). El alba de esta nueva Luz ya ha brillado sobre el mundo en Jesús, que declara: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Todos nacemos ciegos respecto a esta nueva luz: Jesús quiere abrirnos los ojos. Durante toda la historia de salvación está en curso un conflicto entre la luz y las tinieblas, y, quienes estamos en juego somos nosotros mismos. Cada uno se encuentra en medio del campo de batalla y debe elegir si permitirá que Jesús le ‘abra los ojos’ para convertirse en hijo de la luz, o rechazándolo, convertirse en hijo de las tinieblas.Ante Cristo-Luz se produce una división entre aquellos que escapan de la luz para permanecer en las tinieblas y aquellos que se le acercan para dejarse iluminar.

¡Entendámonos!: esta lucha entre la luz y las tinieblas tiene lugar en mi corazón, en el corazón de cada uno. Nadie está totalmente en la luz, ni tampoco nadie totalmente en las tinieblas. El drama que se desencadena alrededor de Jesús es el enfrentamiento entre la luz y las tinieblas: la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas se esfuerzan por apagarla, porque los seres humanos prefieren las tinieblas cuando sus obras son condenadas por esta luz. Este es el juicio: aquellos que buscan la verdad se acercan a la luz para ser iluminados; aquellos que pretenden establecer la luz por sí solos, huyen, o más bien, buscan apagarla y/o eliminarla totalmente.

Este proceso se ve con toda claridad en el evangelio de este domingo: los fariseos se oponen a la luz y buscan apagarla de mil maneras, hasta negando lo evidente, como todos los que siendo ciegos, pretenden verlo todo con la mayor claridad. Este tentativo de sofocar la luz llegará al colmo en el momento de la Pasión. Cuando Judas Iscariote sale del Cenáculo para traicionar a Jesús, Juan anota: era de noche (Jn 13,30), este es el momento en el que las tinieblas buscan devorar la luz. En esta lucha tenemos que optar por la luz.

Pero, en concreto, ¿qué es lo que implica aceptar la luz de Jesús? Señalemos apenas tres aspectos:

  1. No ofender ni oponerse a la verdad, sino respetarla y atestiguarla (recordemos el 8º mandamiento).
  2. Buscar y cultivar la ‘inteligencia espiritual’, esa sabiduría que sabe descubrir,- ¡aquí y ahora! -, el obrar de Dios en y entre nosotros, para sintonizar con la voluntad de Dios.
  3. San Juan mismo nos dice cómo reconocer si estamos en la luz: Caminamos en la luz y estamos en comunión con Dios que es luz si amamos: quien ama a su hermano permanece en la luz (1 Jn 2,10).

(…) Él mismo [Jesús] llevó a la luz de la fe al género humano que caminaba en tinieblas,
y a los que nacen esclavos del pecado los hace renacer por el bautismo
transformándolos en hijos adoptivos. (…)
[Del Prefacio del 4º domingo de Cuaresma, en el ciclo “A”]

El simbolismo del agua aparece de nuevo en el capítulo 9: Jesús cura a un ciego de nacimiento. El proceso de curación lleva a que el enfermo, siguiendo el mandato de Jesús, se lave en la piscina de Siloé: así logra recuperar la vista. «Siloé, que significa el Enviado», comenta el evangelista para sus lectores que no conocen el hebreo (9, 7). Sin embargo, se trata de algo más que de una simple aclaración filológica. Nos indica el verdadero sentido del milagro. En efecto, el «Enviado» es Jesús. En definitiva, es en Jesús y mediante Él en donde el ciego se limpia para poder ver. Todo el capítulo se muestra como una explicación del bautismo, que nos hace capaces de ver. Cristo es quien nos da la luz, quien nos abre los ojos mediante el sacramento.

Los Padres de la Iglesia nos iluminan

Al ciego de nacimiento el Señor le devolvió la vista no por medio de su palabra, sino por una obra. No lo hizo en vano ni al acaso, sino para mostrar la mano de Dios, la misma que al principio creó al hombre. Por eso, cuando los discípulos le preguntaron por qué motivo el hombre había nacido ciego, si por culpa suya o de sus padres, respondió: “Este no pecó, ni sus padres; sino para que se manifieste en él la acción de Dios” (Jn 9,3). (…)

Porque el Verbo de Dios nos plasma en el vientre, dice Jeremías: Antes de que te plasmara en el seno te conocí, y antes de que salieras del útero te santifiqué, a fin de ponerte como profeta para las naciones (Jr 1,5). Y Pablo escribe algo semejante: Cuando le plugo a aquel que me separó desde el seno de mi madre para que llevara su mismo Verbo remodeló los ojos del ciego de nacimiento. Así mostró que, siendo nuestro Plasmador en lo escondido, se manifestaba visiblemente a los seres humanos, a fin de enseñarles cómo antiguamente habían sido modelados en Adán, cómo éste había sido hecho, y qué mano lo había creado, mostrando el todo por la parte: pues el Señor que había formado la vista, es el mismo que plasmó todo el hombre, obedeciendo a la voluntad del Padre.

Y porque el hombre necesitaba el lavado de regeneración en la misma carne plasmada en Adán, después de que el Señor ungió sus ojos con el lodo, le dijo: “Ve a lavarte en Siloé” (Jn 9,7). De este modo le devolvió, al mismo tiempo, lo que le correspondía a la creación y al lavado de la regeneración. Por eso, una vez que se hubo lavado, volvió a ver (Jn 9,7), a fin de que al mismo tiempo conociera a su Creador, y reconociera al Señor que le dio la vida.

MENSAJES DEL PAPA LEÓN

@Pontifex_es

22/8: Hoy celebramos la memoria de la Santísima Virgen María Reina, también invocada como Reina de la Paz. Vivamos este día en ayuno y oración, suplicando al Señor por el don de la paz. #OremosJuntos para que los corazones se liberen del odio, para que se salga de la lógica de la división y la represalia y prevalezca la visión de conjunto animada por el bien común.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Sergio – 17/8/2025

REFLEXIONES VARIAS

P. Obispo Jorge – 7/8/2025

La bendición del obispo Jorge

AGENDA

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría:
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
Cáritas:
Martes y viernes de 15:00 a 17:30 hs
Misas en la Parroquia:
Miércoles a Sábados: 18.30 hs
Domingos: 10 hs

CENA COMUNITARIA EN EL MES DE SAN CAYETANO

I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León en su intención mensual, anima a “buscar caminos de diálogo” y a “responder al conflicto con gestos de fraternidad”.