Bueno, terminó la cuaresma, pasó ramos, ahora la verdad… ahora la decisión, la conversión, dejar que la sangre de Jesús haga en nosotros su obra purificadora y después elegir, decidir, responder. Hay una cena, una cruz y un sepulcro vacío, pruebas contundentes de amor y vida que necesitan una respuesta decidida y fiel.