Decía San Agustín que si conociéramos bien tu primera venida no temeríamos a la segunda. Tal cual. Tu primera visita fue maravillosa, llena de signos de amor y misericordia. Entregando el perdón y el amor de Dios hasta lo inesperado.
Y encima vas a volver!!!!!! Qué maravilla de amor!!!!!! cómo tenerte miedo o pensar en condenas absurdas cuando se vive al lado tuyo, se camina con Vos, se te habla, se te escucha, se te grita, enmudecemos, sonreímos, lloramos… te comemos y bebemos.
Gracias Jesús, es imposible explicar por qué.