Tu misión Jesús, la claridad de tu misión. Tu conciencia del «para qué». La belleza de tu caminar incansable para vivirla. La sabiduría que sale de tu boca, de tus palabras. La misericordia que brota de cada gesto, cada signo. El afecto de cada bendición, caricia, roce con la carne de los hombres y mujeres que se cruzaron en tu camino.
Y nosotros… nuestra misión… la misma, la tuya…. de la misma manera… No! no lo hacemos de la misma manera. hay mucho para corregir, con tu gracia podremos, ayudanos, bendecinos.