Quedó claro eso Señor. Con tu parábola de hoy, todo es muy claro. Lo difícil es permanecer. La tentación a desviarnos a buscar «otros métodos» para relacionarnos con Dios y los demás es muy fuerte. La tendencia a adueñarnos del Reino, de los demás y hasta del mismísimo Dios es muy grande.
Pero lo tuyo es demasiado distinto como para no ser mas claros y coherentes en nuestra vida. Ayudanos Jesús a ser aquellos obreros fieles, trabajadores, generosos, a dar los frutos esperados en la viña del Padre, de Dios, del único dueño.