Al corazón hay que reubicarlo constantemente porque se nos va Señor. Sale a buscar tesoros por cualquier lado empezando por uno mismo. Es frágil y vulnerable el corazón y a veces fácil de engañar.
Solamente tu palabra escuchada, rezada, sentida, nos permite poner el tesoro de la vida en vos y asi llenar el corazón con lo mejor, sacar de él lo mejor y servir a los hermanos.
Que no se nos vaya el corazón, Señor, que se quede acá, como casa de encuentro con Vos y con los hermanos.