Doy fe de esto!!!!! Concluida una semana en casa, el trabajo, la calle y todo lo demás, reconozco y confirmo que el Señor es refugio, paz en la angustia, certeza entre tanta incertidumbre y que no hay experiencia más liberadora que ponerse en sus manos y entregarte por su amor a los hermanos.
Ahora a disfrutar de la mesa del fin de semana, de la misa de cada domingo, de su Palabra, de la eucaristía y de su gracia liberadora, para afrontar una nueva semana en sus brazos, en su refugio, en su paz.