La síntesis perfecta de las sensaciones de un creyente al terminar un domingo e iniciar una nueva semana. Deleitarse en el Señor luego de compartir la mesa del domingo junto a Jesús y los hermanos, es experimentar una vez más su perdón, la riqueza de su palabra, su consuelo, fortaleza, la eucaristía y la bendición y disfrutarlo plenamente. y luego mostrarle nuestros deseos, no aquellos que se refieren a intereses egoístas, sino los que me permiten caminar con los demás en actitud fraterna, justa, compartida.
Nos deleitamos en tu amor Señor y deseamos amar.