Entre tanto ruido interior y exterior, tanto grito, aparece tu palabra. y aparece así, dulce, suave, serena, a veces fuerte cuando busca denunciar caminos oscuros y desiguales que trazamos los hombres, pero siempre palabra de vida, buena noticia, palabra de liberación. ¡Qué bueno escucharla, qué bueno escucharte! Gracias por el don de tu palabra que endulza las amarguras cotidianas.





