¡Que atrevimiento! rezar sobre la oración que el Maestro enseñó!!!! Pero no se trata de agregar nada sino de sentir, sentirte, hablar, hablarte con palabras de hijo, de tu Hijo que nos enseñó a llamarte como más te gusta. Por eso en tu día, en el día del Señor, en el domingo, te saludamos Padre, Nuestro, de todos, de tus hijos, de los hombres que en este día y siempre, tu nombre sea santificado.




