
Quedémonos
en la tierra amable del encuentro
en el gesto de ternura,
en la fe sentida de los días vivos.
Quedémonos
en la acogida de los convencidos,
en la protección de los muros,
en la comunidad de los iguales.
Quedémonos
en la oración que es canto,
en la red repleta de peces y logros,
en la serena quietud de Betania.
¡Qué bien se está aquí!¡No!
¡Volvamos!
Volvamosa la tierra por desbrozar
al amor luchado, conquistado
en la batalla nuestra de cada día
Volvamos
al rechazo de quienes aún te ignoran,
a la inseguridad del cielo abierto
al griterío de Babel hambriento de palabra.
Volvamos
a la profecía que incordia,
al intento sin garantías
a la estridencia de un mundo sordo
¡Tú volviste!
José María Rodriguez Olaizola