Nuestra oración es como la llave capaz de abrir el corazón de Dios, un corazón que «no está blindado», «tú puedes abrirlo con una llave común, con la oración. Porque Dios tiene un corazón de amor, un corazón de Padre. ¡Laoración es la más grande fuerza de la Iglesia!».

Papa Francisco – 6 de febrero de 2016

NUESTRA ESPERANZA TIENE HISTORIA

Mensaje de nuestros Obispos, +Jorge Eduardo Scheinig y +Mauricio Landra, en ocasión del comienzo del Año Jubilar de nuestra Iglesia arquidiocesana de Mercedes Luján.

Nacida el 7 de enero de 1844 en Lourdes, en el suroeste de Francia, a los pies de los Pirineos, Bernarda Soubirous vivió en completa pobreza, pero con el corazón profundamente dirigido a María. A ella se le apareció varias veces “la Señora”, tal como solía definir a la Virgen, a la Inmaculada Concepción, como se lo reveló la misma Virgen durante la aparición del 25 de marzo de 1858. Bernardita, desde el 11 de febrero hasta el 16 de julio de aquel año, asistió a dieciocho apariciones de María en la Gruta de Massabielle. El Papa Francisco, en su Mensaje para la Jornada Mundial del enfermo de 2017, recordó que “la humilde muchacha de Lourdes” relataba que “la Virgen, a quien ella definía ‘la Bella Señora’, la miraba como se mira a una persona. Estas sencillas palabras describen la plenitud de una relación. Bernardita pobre, analfabeta y enferma, se siente mirada por María como una persona. La ‘Bella Señora’ le habla con gran respeto, sin conmiseración”.

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Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 30-35

En aquel tiempo, la gente le preguntó a Jesús: «¿Qué signo vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo».

Jesús les respondió: «Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo».

Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed».

Palabra de Dios

La oración es el lugar en el cual los cristianos se reconocen parte de la «única familia de Dios», porque con ella se refuerzan los lazos de fraternidad que nos unen con el mismo Padre. «Donde hay oración, hay comunión; y donde hay comunión, hay oración».

Papa Francisco – Audiencia General – 25/9/2013

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 22-29

Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio de comer a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de que allí no había más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. En eso llegaron otras barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud había comido el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.

Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo llegaste acá?” Jesús les contestó: “Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello”.

Ellos le dijeron: “¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios?” Respondió Jesús: “La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado”.

Palabra de Dios