P. CACHO ZACCARDI, CONSTRUCTOR DE COMUNIDADES

Cuando llegó a Luján, tomó un mapa y marcó el territorio que integraba la parroquia del Sagrado Corazón. No sólo el centro de la ciudad, pero también los barrios donde no se conocía el asfalto ni tantos otros servicios. El padre Zaccardi preguntó a los vecinos del consejo parroquial «¿Alguno sabe cómo viven del otro lado de la ruta 7?». Sólo encontró miradas incrédulas.

Pintó, en uno de los muros del templo, la frase «Mi vecino es mi hermano», y desde entonces no se cansó de repetirla. Incluso mandó imprimir una hojita titulada «Carta a los Cristianos», repartida mensualmente, donde insistía en esa línea, mediante dibujos y mensajes que construían comunidad.

Con paciencia y humor, Cacho Zaccardi fue limando las sospechas que había de un lado y del otro, entre aquellos más pobres y los que tenían una situación económica favorable. El Reino es una sociedad de hermanos, que se reconocen hijos de Dios. En él, las diferencias son ridículas.

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«El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo» (Rey.17,14)

Lecturas del Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (Ciclo 'B', 2024) –  Comunidad Católica Latina en Bangkok

LA HOMILÍA EN LA PARROQUIA

Diego – 17/11/2024

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

He recibido una carta de un joven de Ucrania que escribe: “Padre, cuando recuerde nuestros mil días de sufrimiento, recuerde también los mil días de amor, porque solo el amor, la fe y la esperanza dan un verdadero sentido a las heridas”.

Cuando los niños son acogidos, amados, custodiados, tutelados, la familia está sana, la sociedad mejora, el mundo es más humano.

San Agustín decía: «Si amas la unidad, todo lo que en ella es poseído por alguien, ¡lo posees tú también!».