Elegir los últimos puestos no es elegir el fracaso ni el absurdo sino colaborar con él en la construcción del mundo nuevo que se apoya en un nuevo espíritu de libertad, gratuidad y amor
La invitación de Jesús es clara: vivir desde la gratuidad y la comunión con los pobres, lo contrario de la lógica de acumular y excluir. Elegir los últimos puestos no es buscar el fracaso, sino colaborar con Él en la construcción de un mundo nuevo, fundado en la libertad, la gratuidad y el amor.
Esta es nuestra misión evangelizadora: dinamizar la historia con el espíritu revolucionario de Jesús, romper con la lógica de la codicia, denunciar los valores que deshumanizan y testimoniar que otro modo de vivir es posible. En lo pequeño y lo humilde, en gestos concretos de servicio, estamos llamados a prolongar la acción del Señor, haciendo del Evangelio una semilla de esperanza que transforma la vida de los hombres.




