Alrededor de Jesús surge la vida, la muerte es vencida y la esperanza renace. La fe nos hace celebrar la vida nueva que brota de su entrega. Aunque la muerte parezca más fuerte y se presente con el rostro de la violencia, el caos o el dolor, la vida siempre prevalece.
La vida está ligada al amor, y amar significa entregarse, dar la vida. El odio, el egoísmo, la injusticia y la indiferencia generan muerte. Pero quien lucha contra la muerte en todas sus formas, quien se entrega sin desanimarse, quien ama sin medida, crea vida y mantiene viva la esperanza. Solo el amor tiene el poder de devolver la vida a quien la ha perdido.