Bautista, quien llamaba al pueblo a acercarse al Jordán para prepararse, con penitencia y perdón, para los tiempos de salvación que estaban por venir. En el Evangelio de Mateo, vemos a Jesús acercándose como uno más entre aquellos que buscan el bautismo en la orilla del río. Ante la sorpresa y resistencia de Juan, Jesús insiste: se hace “uno más”, solidario con los más débiles del pueblo, inaugurando así los tiempos mesiánicos donde todos, sin excepción, somos declarados hijos de Dios.
Jesús comparte las esperanzas y necesidades de quienes anhelan un cambio. Aunque Él es la novedad de Dios, se pone en las filas de los que buscan renovación, tomando la apariencia de un pecador. Así nos enseña, desde la humildad, el auténtico significado del amor solidario. En su gesto, nos invita a revertir la historia y construir una esperanza compartida.