Creer en Dios y seguir a Jesús implica decisiones y tomar postura: ser un signo de contradicción. Mateo nos alerta contra un cristianismo superficial que ignore la dimensión del martirio. En boca de Jesús, nos presenta profecías que acompañarán a los cristianos hasta el fin de los tiempos.
Reconocer que Jesús es el Señor, quien nos revela la verdad y el sentido del mundo, exige del discípulo una confianza total en Dios y su palabra. Esa confianza, a menudo, implica dar la vida diariamente en pequeñas o grandes formas. Pero no debemos temer: el Espíritu Santo es quien nos inspirará en cada momento.