Zacarías se alegra porque, con esta visita, se establecerá la justicia en la tierra: cada uno ocupará el lugar que realmente le corresponde.
Este niño será profeta; su misión será preparar el camino del Señor y guiar a su pueblo hacia la luz que viene de lo alto. Fue concebido por la bondad misericordiosa de nuestro Dios para llevar la paz a quienes viven en las sombras de la muerte.
El cántico de Zacarías traza el camino de la nueva alianza que lleva a celebrar nuestra salvación delante de Dios sin temor, adorarlo y ofrecernos a Él por completo, caminar en el sendero de la paz y la luz, comprometiéndonos con la vida de nuestros hermanos.