Con el Mesías en su seno, María se convierte en la primera evangelizadora, portadora de la buena noticia de la salvación y del gozo de Dios. Al igual que ella, nuestro camino hacia la Navidad debe llevarnos a salir al encuentro de nuestros hermanos, compartiendo con ellos la alegría de la salvación que el Señor nos trae.
Todos estamos invitados a vivir esta misión de servicio y anuncio de Jesucristo, “acompañando y ayudando a vivir”. Si creemos en un Dios que se encarnó para compartir nuestra vida y acompañarnos en nuestras necesidades, entonces estamos llamados a vivir de otra manera.