Aunque hemos aceptado la salvación que Dios nos ofrece en Jesús, seguimos siendo frágiles, expuestos a muchas tentaciones que nos desvían del camino. Pero Dios, a través de su Hijo, busca incansablemente a sus ovejas descarriadas y, al encontrarlas, las lleva de vuelta con un amor profundo, cargándolas sobre sus hombros.
Adviento es un tiempo de esperanza, un caminar hacia el encuentro con el Pastor que nació en Belén para amarnos con un corazón humano como el nuestro. Es un tiempo para esperar con confianza, sabiendo que siempre estamos siendo buscados por ese Pastor que se alegra al encontrarnos.