ORANDO CON LA PALABRA

Jesús llora por Jerusalén. No es la única vez que lo hace, porque su misión no es destruir al pueblo, sino reconstruirlo. Su dolor no es solo por el sufrimiento de sus compatriotas, sino por la negativa humana a aceptar la liberación que Dios ofrece.

A pesar de esto, Jesús sabe que el rechazo humano no detendrá el amor salvador de Dios. La historia de la salvación encontrará otros caminos. La paz, entendida como el conjunto de bienes que permiten vivir con dignidad, es una oferta que se puede aceptar o rechazar libremente. Pero de esa decisión depende la plenitud de la vida.

En nuestra historia, Dios se acerca una y otra vez, y muchas veces no hemos sabido reconocer su paso. Dios, en Jesús, prefiere “llorar de impotencia antes que privar al hombre de su libertad” (Stöger). Por eso, necesitamos abrir el corazón para escuchar la Palabra de Dios y también las palabras de nuestros hermanos, especialmente de los más pobres y olvidados. Ellos son oportunidades que Dios nos da para cumplir nuestra misión y ser constructores de paz.

«Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora.» (Fil. 1,4)

UN COMPROMISO DE TODA LA COMUNIDAD - Parroquia San Cayetano Chivilcoy

EN LA MISA DEL DOMINGO

Consagración al Corazón Inmaculado María

REFLEXIONES VARIAS

Mons. Angel Rossi – 1/12/2024

LLEGARON LAS AGENDAS

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría:
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
Cáritas:
Martes y viernes de 15:00 a 17:30 hs
Misas en la Parroquia:
Miércoles a Sábados: 19.30 hs
Domingos: 10 hs

I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

Espero que en Siria se alcance una solución política que promueva la estabilidad y la unidad del país. Rezo para que el pueblo sirio pueda vivir en paz y seguridad, y para que las diversas religiones puedan caminar juntas en amistad, por el bien de esta amada tierra.

El Espíritu Santo es la fuente que mantiene siempre viva la esperanza. Su presencia en nuestra vida nos ayuda no sólo a tener esperanza, sino a irradiarla, a brindarla a la humanidad, que tanto la necesita.