La evangelización es la revelación del plan de salvación, en el cual reconocemos que toda realidad ya pertenece al universo íntimo de Dios. Esta revelación solo puede ser realizada por el creyente y la Iglesia, situándose en el corazón de toda realidad, de toda palabra, pensamiento, amor, cultura, sociedad y civilización. No para poner a Jesús donde no está, sino para mostrar que Él ya está en todas partes.
Leer, rezar, vivir y compartir el Evangelio es fundamental para que penetre en nuestro interior. De este modo, poco a poco, podremos encontrar formas concretas para anunciar el evangelio, con una creatividad que responda a las necesidades de las personas y esté en comunión con el proyecto de Dios.