El discípulo es un compañero, alguien que comparte el mismo pan, un familiar que, de tanto estar con Él, llega a intuir su manera de pensar, sus reacciones, y conoce sus preferencias. Esta familiaridad se desarrolla en la vida cotidiana y en el trato personal continuo.
El discípulo es un seguidor que ha escogido el programa del Evangelio como proyecto de vida. Interpreta la realidad a través de la perspectiva de la Buena Nueva del Evangelio. El discípulo es un trabajador del Reino de Jesús, que lo va construyendo y dándole forma en el quehacer cotidiano.