Creer es aceptar positivamente el programa de Jesús. Creer en Cristo significa aceptar su evangelio y su estilo de vida exigente, que choca contra los valores del mundo y nuestro egoísmo o comodidad que busca hacer que Dios siga nuestro propio camino.
La fe no es una respuesta triunfal y segura de sí misma; incluye la duda que surge de la conciencia de nuestra debilidad.
Creer es admitir que Dios viene a salvar nuestra situación débil y optar, con su ayuda, por seguir a Jesús.
La fe de discípulos no se basa en asentir a verdades dogmáticas aisladas, sino en lanzarse al seguimiento de Jesús confiando en su palabra a pesar de todo.