ORANDO CON LA PALABRA

Frecuentemente nos sentimos desalentados pensando que nuestros esfuerzos carecen de recompensa. Jesús nos llama a adoptar la perspectiva del mundo nuevo, donde lo esencial no es la seguridad material, sino la plenitud que todos los hijos de Dios merecen, y que se vive desde el amor entregado y recibido gratuitamente.

La humildad para recibir la gracia del Reino es imposible de lograr por el esfuerzo humano; es un regalo que hay que pedir con confianza porque Dios hace posible vivir con desprendimiento total, a pesar de la incapacidad humana.

La llamada de Jesús es a trascender las normas de este mundo. Debemos dejarlo todo para recibirlo todo, y esta disposición solo es posible gracias a la revelación del Padre. La comunidad cristiana debe redescubrir continuamente la gracia de Dios para responder con verdad a esta llamada de Jesús.

«Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu.» (1 Cor. 12,4)

Pentecostés, B: ¡A dejarse transformar por el fuego del Espíritu Santo! |  Soy Asuncionista

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

Daniel Blanc – 18/1/2025

REFLEXIONES VARIAS

Mons. Jorge García Cuerva – 19/1/2025

AGENDA

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría: (En enero permanecerá cerrada)
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
Cáritas:
Martes y viernes de 15:00 a 17:30 hs
Misas en la Parroquia:
Miércoles a Sábados: 19.30 hs
Domingos: 10 hs

I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

La anunciada liberación de un grupo de presos de las cárceles cubanas es un gesto de gran esperanza en este año jubilar. Espero que sigamos emprendiendo iniciativas de este tipo, que infunden confianza en el camino de las personas y de los pueblos.

Tanto los israelíes como los palestinos necesitan claros signos de esperanza: espero que las autoridades políticas de ambos, con la ayuda de la comunidad internacional, puedan alcanzar la solución adecuada para los dos Estados.

Cuando en nuestra vida falta el vino de la alegría y del amor, el Señor nos dona su amor con sobreabundancia, trayendo a nuestras vidas el vino del Espíritu Santo, que es el vino de la alegría y de la esperanza.

En el Evangelio De Hoy (Jn 2,1-11) podemos observar dos cosas: la falta y la sobreabundancia. En el banquete de nuestra vida a veces nos damos cuenta de que falta vino. Ocurre cuando las fuerzas perturbadoras del mal nos quitan el sabor de la vida.