Cuando Jesús dice “el que come de este pan” nos está invitando a convertirlo en nuestro propio alimento, a encontrar en Él el único pan que vale la pena comer. “Comer su pan” es participar de su modo de vivir, es ofrecerse a un esfuerzo que haga posible una vida mejor para todos. Es participar en una relación nueva con los demás basada en el amor, el cariño y la comprensión. Es luchar contra lo que hace difícil una vida de alegría, igualdad y gozo.
El pan que dará es su carne para “la vida del mundo”. Jesús es el pan de vida, es su cuerpo que se entrega para que todos tengan vida. Y esto, para los discípulos, significa incorporarse a la causa de Jesús: “para la vida del mundo” con sus sentimientos. No lo recibimos con provecho cuando sólo buscamos nuestro beneficio.