ORANDO CON LA PALABRA

Las obras de piedad que no corresponden a actitudes interiores no tienen valor para quien hace de su vida un teatro de apariencias. La enseñanza de Jesús es clara: la justicia y la caridad son un deber y deben realizarse con honestidad y verdad. La limosna es un deber, es el ejercicio de la solidaridad con las necesidades de los demás, y debe hacerse sencillamente, compartiendo con los más necesitados.

Esta es la plenitud de la ley: hacer todo el bien posible con el corazón y la mente en Dios, buscando la felicidad de los hermanos de forma tan sencilla que nadie se dé cuenta ni le dé importancia. Cuando nuestras obras de piedad se tiñen de sencillez, compasión y alegría por hacer el bien y contribuir al bienestar de los demás, estamos obrando como hijos del Padre en cuyo hogar vivimos.

«Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu.» (1 Cor. 12,4)

Pentecostés, B: ¡A dejarse transformar por el fuego del Espíritu Santo! |  Soy Asuncionista

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

Daniel Blanc – 18/1/2025

REFLEXIONES VARIAS

Mons. Jorge García Cuerva – 19/1/2025

AGENDA

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría: (En enero permanecerá cerrada)
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
Cáritas:
Martes y viernes de 15:00 a 17:30 hs
Misas en la Parroquia:
Miércoles a Sábados: 19.30 hs
Domingos: 10 hs

I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

Sueño una comunicación que no venda ilusiones o temores, sino que sea capaz de dar razones para tener esperanza.

Sueño una comunicación que nos ayude a reconocer la dignidad de cada ser humano y a cuidar juntos el planeta, nuestra casa común.

Sueño una comunicación que sea capaz de hablar al corazón, de suscitar actitudes de apertura y amistad, de apostar por la belleza y la esperanza aun en las situaciones aparentemente más desesperadas; una comunicación capaz de generar compromiso, empatía e interés por los demás.

Sueño una comunicación que sepa hacernos compañeros de camino de tantos hermanos y hermanas nuestros para reavivar en ellos la esperanza en un tiempo tan atribulado.