Dios hecho hombre, que viene a mostrarnos quién es Dios y cómo nos ama. Esta Palabra, que es Dios mismo, espera una respuesta de amor del hombre. Como dice el refrán popular, obras son amores. Nuestra respuesta de amor se manifiesta viviendo profundamente sus enseñanzas: «Si me aman, guardarán mis mandamientos».
El amor no es solo un sentimiento; necesita de los demás para poder realizarse y se realiza a través de gestos y obras. Vivir el doble precepto de la caridad y guardar los mandamientos de Dios nos indica el camino hacia una vida en el amor, una vida plena que puede alcanzar la felicidad cuando involucra a otros. Dios no pone una condición; nos lleva a la esencia misma de nuestra realización como personas, a la esencia de la fe y de la vida en sociedad.