Querido Jesús:
Te presento a mis amigos para que los bendigas y los cuides.
Tú que sabes lo que viven, lo que les preocupa, lo que sienten, lo que piensan, lo que anhelan, lo que les falta y lo que desean.
Tú que sabes cuando lloran, cuando ríen, cuando están en soledad. Cuídalos, protégelos y anímalos a seguir adelante.
Señor, enséñame a estar disponible cuando más me necesiten, a ser amable cuando más necesiten ser queridos, a escucharlos cuando necesiten ser escuchados, a cuidarlos cuando necesiten ser cuidados, a consolarlos cuando tengan necesidad de desahogarse, y a aprender todo lo que puedo aprender de ellos.
Porque Tú eres, Señor, ¡el gran amigo incondicional de todos! Te pido hoy por mis amigos y por mí, por nuestra amistad y la relación que nos une. Bendícenos para que podamos descubrir siempre tu amor.
Amén.