Patrona de nuestra Arquidiócesis.
A comienzo del siglo XIII, numerosos cristianos cayeron prisioneros de los sarracenos con peligro de perder su fe. La Santísima Virgen María, apareciéndose a San Pedro Nolasco, a San Raimundo de Peñafort y al rey Jacobo de Aragón, les dijo que sería de sumo agrado suyo y de su Hijo la institución de una Orden religiosa en su honor con el fin de liberar a los caídos en poder de los infieles. Así fundaron la Orden de la Merced para la redención de los cautivos, cuyos miembros se obligaron con un cuarto voto a permanecer en poder de los infieles, si ello fuese necesario para la liberación de los cristianos.